El ejercicio de su ministerio pastoral. le permite conocer a fondo el total desamparo de los pobres y en especial, la miseria e Ignorancia de las niñas del campo. Interpelado por esta realidad y convencido de que, cuando se presenta una buena obra por hacer y se está moralmente seguro que la voluntad de Dios es que la hagamos, se la puede emprender con audacia(35), concibe el proyecto de enviar jóvenes al campo y sobre todo, a las aldeas más abandonadas, sin otros fondos que la Providencia, con las persuasión de que ella no falta jamás a los que se abandonan a ella con confianza.